Visita al parque de Aiguastortas y lago de San Mauricio, sobre todo disfruto la excursión en jeep, pero decidimos hacer la vuelta a pie para disfrutar del paisaje ?¿ pero yo disfruto más bien poco porque con mi poco adecuado calzado voy clavandome en las plantas de los pies todas las piedras del camino, sudo como una desesperada y los 3 paquetes de marlboro diario y las tapitas del bar empiezan a pasar factura... resoplo como un mihura después de un encierro en San Fermín... En medio del agradable ?¿ paseo de vuelta se monta una tormenta del carajo y llueve a mares y joer en el campo no hay un triste bar en el que resguardarse hasta que escampe grrrrrrrrr que mal organizado esta el campo Fuente!
En resumen: al final de la semana en el campo (por suerte sólo fue una semana) yo estoy de peor humor que nunca, duermo menos que si viviera en una zona de botellón, me aburro por las noches como una ostra, me quejo constantemente de que en el campo no se pueda coger un taxi para ir a los sitios, estoy hasta el moño de jugar a las cartas con mi novio por las noches (es a lo único a lo que me presto a jugar en tan incivilizadas condiciones!) y lo único positivo es comprobar lo mucho que me quiere mi costilla porque me he hecho acreedora durante toda la semana al abandono y el pobre ahí está intentando hacer más llevadero mi sufrida estancia en el campo...
De regreso a la civilización, me voy a la agencia de viajes y me monto una semana en un sitio playero, HOTEL con aire acondicionado, playita, copitas y juerga nocturnas, esto ya es lo mio e intento olvidar a no más tardar mi terrible semana en contacto directo, puro y duro con la naturaleza y es que... no me gusta el campo! ea!
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